Honor, lealtad, disciplina, discreción, profesionalidad, compañerismo y ciudadanía. Valores que se exigen a un militar para ser Guardia Real y que los miembros de ese cuerpo repasan todas las mañanas. «Puede parecer que son los mismos que para cualquier militar, pero me atrevería a decir que aquí se precisa una dosis especial», asegura el sargento primero Francisco José Montero Bautista, infante de Marina y miembro de la Compañía Mar Océano de la Guardia Real.Las funciones de esta unidad, tan prestigiosa como desconocida, son «dos de las que están asignadas a la Guardia Real: Proporcionar el servicio de guardia militar y rendir honores a Su Majestad el Rey y a los miembros de su real familia que se determinen, además de prestar análogos servicios a los jefes de Estado extranjeros cuando se ordene», cuenta el sargento primero Montero, que nació hace 44 años en Jerez, pero ha vivido en El Puerto. «Lo hacemos en Madrid principalmente, pero tenemos capacidad de hacerlo en cualquier lugar del territorio nacional», detalla. «Somos una unidad de Infantería de Marina, por lo que estamos adiestrados para integrarnos en cualquier estructura militar de la Armada como una más. De manera extraordinaria también podemos asumir misiones de apoyo a la población civil, como hicimos durante la pandemia. Su Majestad el Rey puso a disposición de la ministra de Defensa las capacidades de la unidad y nos integramos en la operación ‘Balmis’ de lucha contra el coronavirus», explica este militar.
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